El ácido hialurónico fue aislado en 1934 por Palmer y Meyer a partir del humor vítreo del ojo bovino. Su nombre viene del término griego hialos (vítreo) y urónico (por la concentración de ácido urónico que contiene). Tuvieron que pasar 8 años desde su descubrimiento hasta que se encontró su primer uso comercial. En el año 1942 se registró la primera patente de uso del ácido hialurónico como un sustituto del huevo en la preparación de pasteles, pero donde el ácido hialurónico ha encontrado realmente su sitio es en la medicina y la cosmética. En los sesenta se aplicó en el campo de la cirugía ocular (se usaba para mantener temporalmente la forma del
globo ocular durante los trasplantes de córnea) y se empezó a utilizar en infiltraciones para patologías relacionadas con las articulaciones y también en el campo de la cosmética.
Está presente de manera natural en el cuerpo humano. En los tejidos y órganos del cuerpo forma parte de la matriz extracelular (parte del tejido entre las células). Las mayores cantidades se encuentran: en la piel, en los huesos y discos intervertebrales, en el líquido sinovial de las articulaciones y en el humor vítreo del ojo. Una persona de 70 kg tiene unos 15 g de ácido hialurónico en su cuerpo, de ellos se degradan y se recuperan unos 5 g a lo largo del día. Según se envejece la velocidad de destrucción del ácido hialurónico es más rápida que la de recuperación.
La primera generación de preparados con ácido hialurónico llegó al mercado en los años 80. En sus inicios el ácido hialurónico se extraía de la cresta del gallo. Desde 1997 hasta hoy el ácido hialurónico que se utiliza en la mayoría de los casos es biosintético: se extrae de manera sintética de ciertos vegetales a través de la fermentación con bacterias. Con ello se evitan reacciones alérgicas ante eventuales restos de proteína animal.
El ácido hialurónico se presenta en múltiples formas: inyecciones, ampollas, cremas, gel, cápsulas y gotas de ácido hialurónico.
Infiltraciones en las articulaciones
Tienen efecto lubricante, haciendo que el desgaste del cartílago sea menor y disminuyendo el dolor en patologías como la artrosis.
Medicina estética
Sirve para inyectar en la piel para atenuar las arrugas y dar volumen. Su efecto dura entre 6 meses y un año, ya que es biodegradable, esto significa que se degrada y desaparece.
El ácido hialurónico también está presente en múltiples cremas antienvejecimiento. Su principal papel es actuar como activo hidratante para evitar la pérdida de agua.
Oftalmología
El ácido hialurónico es un extraordinario agente humectante que se utiliza desde hace décadas como componente de las gotas humectantes con mucho éxito para aliviar los síntomas derivados de la sequedad ocular. Para obtener mejores resultados, en los últimos años se han creado productos que combinan el ácido hialurónico con otros agentes humectantes entre los que existen sinergias.
Mejora la hidratación de la córnea
La propiedad más importante del ácido hialurónico es su extraordinaria capacidad para retener agua: 1 gramo de ácido hialurónico puede retener hasta 6 litros de agua, o sea retiene miles de veces su propio peso. Su capacidad de retener agua dentro del ojo es muy superior a la de otros humectantes, especialmente en condiciones de baja humedad ambiental.
Además el ácido hialurónico hace de enlace entre la lágrima y la córnea.
Tiene propiedades regeneradoras
El ácido hialurónico tiene un reconocido efecto regenerativo y cicatrizante sobre la córnea ya que favorece la proliferación de células del epitelio corneal.
Tiene una excelente tolerancia
No se conocen efectos secundarios del uso del ácido hialurónico, ya que se trata de una sustancia que aparece de manera natural en el cuerpo. Es además una sustancia biocompatible porque se encuentra presente en el ojo de los mamíferos incluido el hombre (en el cristalino y en el humor vítreo). Por lo tanto, no produce alergias ni incompatibilidades.
Es viscoelástico
El ácido hialurónico se comporta igual que lo hace la propia lágrima. Tiene la propiedad de permanecer viscoso entre parpadeos, y fluido al parpadear, imitando a la película lagrimal natural.
Tiene efecto a largo plazo
También es mucoadhesivo: debido a su fórmula química puede “anclarse” a la córnea, lo cual prolonga su tiempo de permanencia en el ojo.
La mayoría de las lágrimas artificiales existentes en el mercado permanecen en la superficie ocular después de instilarse durante un tiempo relativamente corto (15-20 minutos). El ácido hialurónico permanece en el ojo por más tiempo (58 minutos).